27 de octubre de 2009

El drama


La pintora argentina, Raquel Forner, caracteriza a “EL DRAMA” como una expresión de los males desencadenados en el mundo. Con la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial en pleno auge, expone esta obra en 1942, la cual significó una representación del temor que se vivía en aquél tiempo.

Por Huber Ezequiel Baca

La exposición de esta obra significa una mezcla de expresiones sentimentales que sentía Raquel Forner en aquella época: dolor, impotencia, angustia, desazón y, sobre todo, “drama”.
Ella promueve una paradoja de lo sucedido, pero en un lenguaje artístico propio de la pintora, donde prevalece sin dudas el expresionismo. Si tuviera que elegir una palabra para definir el concepto del cuadro sería “impactante”. El predominio de las figuras de la guerra y la muerte, ante la presencia de un grupo de mujeres, aumenta la situación de impotencia por parte de la expositora. Situación que se reproduce en el espectador.

La visión apocalíptica transforma a cada uno de los elementos que componen esta obra, en personajes y objetos con roles específicos. Al mismo tiempo, los colores oscuros y sombríos fortalecen el mensaje. Como también así, la expresividad de los rostros, las manos y los gestos. El sufrimiento humano no deja de desaparecer en ningún momento. Todo el espacio está dedicado, por partes, con el fin de transmitir el mal.

El arte presentado por Raquel Forner, principalmente, somete a la mujer en una profunda dolencia. Donde el imperio de la muerte se convierte en el escenario principal del cotejo. La suspicacia por parte de las damas ante el reinado de la maldad, la paloma blanca en la mano de la niña, la ruptura de un cuadro que representa a la cultura, el globo terráqueo simbolizando la caída del mundo, una mano que surge como la esperanza del arte; todo esto forma parte de un mensaje implícito: la esperanza de una prospera llegada de la paz.

No hay que olvidar la imagen de inferioridad de los presentes ante el poder del esqueleto como actor principal. La falta de calzado por parte de las figuras femeninas manifiesta servilismo. Y el enfoque de la muerte en el centro de la obra, expresa autoridad y posesión de poder absoluto. Sólo algunos pueden escapar. Y se ve allá a los lejos, en pleno cielo nublado. Donde tres paracaídas vuelan por lo alto.

Queda claro que esta pintura no se aleja de la representación realista. Despliega una recreación típica de ficción, donde impresiona hasta a aquél que no es devoto del arte. Así mismo, nos hace viajar en el tiempo para que nos imaginemos el terror de aquellos años. Esta producción se compromete con la vida cotidiana; abriendo una crítica social hacía la guerra.

“El drama” nos invita a la reflexión. A pensar sobre las ideas que tenían los pintores de aquella época y sobre la forma que buscaban para manifestar esos pensamientos. Un dibujo que vale más de mil palabras se presenta en esta ocasión. Sin dudas, Raquel Forner marca su propia identidad. Esa creatividad pura para impulsar la diferencia entre dos mundos: el del lado del mal y el del lado del bien. Efectivamente, fascina como algo fantástico puede ser tan real. Y, al mismo tiempo, como lo implícito puede llegar a resultar tan explícito.

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