10 de noviembre de 2009

Niños traductores


Muchos extranjero que llegan a Estados Unidos sin hablar inglés se apoyan en sus hijos, quienes les sirven como intérpretes. Esto les resuelve muchos problemas pero también acarrea nuevas dificultades.

Dolores Pedro llegó a vivir a Garden City hace nueve años con su esposo, que consiguió trabajo de inmediato en la planta procesadora de carnes Tyson Fresh Meats. La mujer se adaptó muy bien en la comunidad hispana aunque tenía un gran problema: no hablaba ni español ni inglés.

La señora Pedro venía de Guatemala y sólo hablaba una lengua indígena, canjoval, uno de los muchos dialectos que se hablan en ese país. Un año después que los Pedro se mudaron a Estados Unidos, tuvieron un hijo, Mario. Mientras el niño crecía y se hacía de amigos, aprendió a hablar español en su barrio y lo utilizaba con sus amigos. Asimismo su madre aprendió español para poder comunicarse con su comunidad y ahora lo habla con sus amistades y vecinos. Cuando Mario ingresó a la escuela comenzó a hablar inglés.

A medida que la señora Pedro fue desarrollando mayores necesidades fuera de la comunidad de habla hispana en Garden City, le pidió a Mario que la ayudase con el inglés. Tuvo otro hijo, Jesse, de cinco años, que también habla tres idiomas: canjoval, inglés y español. Él también comparte las tareas de interpretación junto con su hermano.

POLÍGLOTAS

Con el propósito de ayudar a su desarrollo personal y el de su familia, Dolores Pedro sabe que debe agregar un tercer idioma a su lista. Comenzó a tomar clases de inglés desde hace nueve meses. Arrancó en el primer nivel y ahora está en el segundo. Puede entender muchas preguntas sencillas en inglés pero mira a sus hijos en busca de ayuda para que le asistan con algunas palabras.

Pedro dice que sus hijos la ayudan con los mandados, tales como ir a comprar a la verdulería o en otros establecimientos donde el encargado no habla español. "Deseo aprender inglés para beneficiar a mi familia", destacó ella en español, al tiempo que agregó que sus posibilidades de conseguir un trabajo en Garden City serían mayores si hablara la lengua de país en el que vive. "Quiero ayudar a mis hijos", agregó en inglés.

El Departamento de Trabajo informó que 41.000 intérpretes y traductores trabajaban en Estados Unidos en el 2006. Es probable que el número haya aumentado un 24%, y para el 2016 el número de intérpretes y traductores habrá subido a los 51.000. El promedio de pago en este tipo de trabajo oscila entre 12,96 dólares a 22,60 dólares por hora. Hay intérpretes que ganan hasta 30 dólares la hora.

Mario y Jesse Pedro no saben que realizan ese trabajo. Cambiar de un idioma a otro y hablar hasta tres es algo cotidiano para ellos. La familia Pedro habla en canjoval en su casa, español con la comunidad y con los amigos, y en inglés en la escuela y cuando sea necesario. La diferencia entre Mario y Jesse, y aquellos contados en las estadísticas del Departamento del Trabajo de Estados Unidos, es que su trabajo no termina nunca. Pero ahora que Dolores está aprendiendo inglés, las cosas serán más fáciles.

Janie Perkins, coordinadora de programas suplementarios, dijo que usar a los niños como intérpretes, aunque sea necesario, puede llegar a ser muy difícil para ellos. "Les obliga a crecer rápidamente cuando tienen que lidiar con asuntos de adultos", destacó Perkins.

Jill Whippo, directora de servicios sociales del Hospital St. Catherine, señaló que el hospital debe lidiar con los obstáculos de familias que piden sus propios intérpretes. St. Catherine tiene tres intérpretes de español a tiempo completo y cuenta con un servicio telefónico para otros idiomas.

Whippo dice que el hospital trata de desalentar a que se use a los niños como intérpretes porque el niño no tiene suficiente vocabulario en ambos idiomas como para explicar completamente la situación en inglés y en otro idioma. Asimismo, agregó que la información médica puede ser muy pesada para un niño.

En los Ministerios Metodistas Unidos gran parte del personal es bilingüe. Francisca Devora, directora clínica, dijo que con su personal bilingüe se pueden evitar que los niños traduzcan para los padres.

"Si a un niño se le da cierta información, puede que no se sienta cómodo de decirle a sus seres queridos esa información, o puede que no entiendan", destacó Devora.

Las autoridades dijeron que algunas veces usan a los niños como intérpretes, especialmente en situaciones de emergencia.

Randy Evans, supervisor de patrulla de caminos de la Oficina del Alguacil del condado Finney, dijo que a veces es necesario que los niños sirvan de intérpretes a fin de obtener información rápidamente.

"Algunas veces tenemos que pedirle a algún menor que habla el idioma. Algunos detalles del incidente pueden perderse en la traducción, o en la educación del niño", agregó.

Joe Gonzales es un maestro de inglés del Programa Literario Familia Migrante. USD 457 financia la mitad del programa, y un centro de educación superior de Garden City paga la otra mitad. Ha enseñado intermitentemente en el programa durante 15 años.

Actualmente tiene de 25 a 30 familias en primero y tercer nivel de inglés. Las clases se realizan en la escuela primaria Jones.

Gonzales dijo que debido a la mente ágil de los niños, a menudo no se les hace difícil interpretar. Agregó que puede añadirse a los problemas de comportamiento porque los niños a menudo pueden darles a sus padres información falsa si tienen dificultades en la escuela.

Gonzales dijo que los padres que participan en el programa de idiomas saben que deben aprender inglés a fin de poderles ofrecer más a sus familias a través de mejores empleos y mejor educación.

Cuando se le pregunta si es difícil servirle de intérprete a sus padres, Mario Pedro responde que no. "Hablo tres idiomas", destacó. "Algún día aprenderé chino".

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